El debate monarquía-república es una pérdida de energías cuando nuestro país necesita, más que nunca, que la ciudadanía vuelva a recuperar la ilusión en nuestro futuro colectivo. Pese a sus muchas "imperfecciones", que sin duda habrá que depurar, la monarquía ha rendido un buen servicio a España y ha dotado a nuestro país de la confianza necesaria para haber hecho posible un sistema de libertades como el que, con sus luces y sus sombras, disfrutamos.
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