En un tiempo de arcas vacías y cuando tantos sacrificios personales y colectivos se le están exigiendo a nuestra sociedad, no parece descabellado arbitrar los medios necesarios para que los elevados costes de las operaciones de rescate ocasionadas por la imprudencia, la chulería y la prepotencia de algunos sean costeados íntegramente por aquellos que con su actitud las han provocado.
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