El populismo de extrema derecha adopta formas muy diversas y, aunque algunas de ellas estaban escondidas, todo indica que en los próximos años tendremos a resignarnos a convivir con ellas y a padecer las consecuencias provocadas por la ineptitud de una clase política enfrascada en la defensa de sus propios intereses y por la dejadez y la apatía de una ciudadanía desencantada, desmotivada y, sobre todo, desclasada.
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