Destrozado el sueño del Estado del Bienestar en España, quienes sufrimos en nuestras familias la lacra de la emigración asistimos atónitos, décadas después, al triste espectáculo de contemplar los trenes y aviones que parten cargados de compatriotas que ven en el extranjero la oportunidad que su propio país les niega. Lamentablemente no siempre el ansiado sueño acaba por cumplirse y la triste realidad los convierte en habituales de albergues y contenedores de basura.
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