Con la elección del bufete de Miquel Roca para ejercer la defensa de la ciudadana Cristina de Borbón y Grecia (imputada, junto a su marido, en el caso Nóos), la Corona realizó una jugada maestra de cara a la opinión pública al colocar en el mismo paquete a la infanta imputada, a la Carta Magna y al prestigioso abogado defensor y uno de los siete “padres” de la Constitución de 1978.
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