Cuando Barack Hussein Obama fue elegido como cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de América, una ola de optimismo invadió el mundo. Obama rindió el mundo a sus pies. Desde los obreros de Ohio hasta los intelectuales escandinavos del Premio Nobel de la Paz. Desde los musulmanes de todo el mundo, cansados de sentirse insultados por George Bush, hasta los negros de Estados Unidos que se vieron finalmente representados al más alto nivel político.
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