Desgraciadamente, el concepto de “individuo emprendedor” ha terminado imponiéndose al de “sociedad solidaria”. Así, ante la grave situación que viven muchas personas, se nos intenta convencer de que no necesitamos intensificar la solidaridad sino estimular el emprendimiento. Desde el poder se afirma que quien no tiene trabajo debe inventarlo y nos quedamos tan tranquilos. Se nos explica que la solidaridad favorece las trampas y el fraude y lo aceptamos con absoluta naturalidad.
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