Nos dicen que es necesario “favorecer la movilidad exterior” de la juventud (fuga de cerebros) y apostar por “reformar las pensiones” (retrasar la jubilación) para conseguir llenar las arcas públicas creando nuevos “recargos temporales de solidaridad” (subir los impuestos). Si no queremos que España se convierta en un “país en vías de desarrollo” (pobre) es imprescindible “externalizar” (privatizar) determinados servicios básicos, y en ello estamos. Da la impresión de que tenemos miedo a llamar a las cosas por su nombre, no vaya a ser que al verbalizarlas se hagan realidad y acaben por aguarnos la fiesta.
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