Como regla general, los ciudadanos respetamos la presunción de inocencia pero estallamos cuando la indecencia ya no es una presunción y se convierte en una clamorosa realidad. Ahora, más que nunca, está en peligro la credibilidad del sistema de apariencia democrática que está vigente en nuestro país. Sin embargo hoy, como ayer, el número de preguntas sigue siendo infinitamente superior al de las respuestas dadas.
Comentar este post