Da la impresión de que los “vaticanistas”, esa nueva especie de expertos que ha proliferado en los últimos, se ven forzados a sobreactuar, obligados por las circunstancias. Los antiguos aduladores, que antes celebraban la opulencia vaticana disfrazada de intelectualidad, se apresuran ahora a aplaudir la humildad y la sencillez del papa actual.
Comentar este post