Alemania, como locomotora de la economía tiene la obligación moral de liderar Europa. Un liderazgo que debe implicar al resto de gobiernos de la zona euro en la tarea común de buscar salidas que alivien el sufrimiento de millones de ciudadanos abrumados por las deudas como consecuencia de la caída en picado de sus ingresos a causa del paro galopante y de la práctica desaparición de las coberturas sociales que venía garantizando el desaparecido “Estado del Bienestar”.
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