La soberbia de algunos políticos es tan grande que, muy a menudo, las explicaciones o justificaciones de sus actos nos hacen sentir como imbéciles, sólo de pensar que ellos puedan imaginar que nos creemos todo lo que nos dicen. Cuando todo está lleno de malos ejemplos y los ciudadanos se sienten tratados como idiotas por los políticos, aparece con fuerza la antipolítica, otra peligrosa forma de destrucción.
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