El gobierno de la República Popular China ha hecho público que, durante los próximos quince años, quiere trasladar del campo a las ciudades a 250 millones de personas. Este movimiento de población será el más grande de la historia en un período tan corto de tiempo y, según el gobierno de Pekín, está motivado por la necesidad de corregir los tremendos desequilibrios existentes entre las condiciones de vida del mundo rural (donde viven la mayoría de los 1.500 millones de habitantes del país) y las de los habitantes de las ciudades, que disfrutan de los beneficios producidos por el crecimiento económico chino.La gran migración prevista en China producirá, inevitablemente, efectos que irán más allá de la economía y la ecología, pues será necesario crear infraestructuras y servicios que puedan atender las necesidades de la nueva población urbana.
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