Las épocas de rebajas han sido siempre una oportunidad de dar salida a la mercancía de la temporada y, de paso, una buena oportunidad de hacer una sustanciosa caja con la que compensar otras épocas del año en las que el volumen de ventas disminuía considerablemente. Vivimos unos momentos bastante complicados para el consumo. La crisis ha acabado por imponerse en las economías domésticas y ahora solamente se compra aquello que se estima realmente necesario, prescindiendo de artículos innecesarios y que antes, la mayoría de las veces, eran adquiridos motivados por el impulso consumista que rodeaba la liturgia de las temporadas de rebajas.
Comentar este post