La vieja Europa ha pasado de acoger en su territorio el 25% de la población mundial en 1950 a disponer tan sólo del 10% en la actualidad. De igual manera, según las encuestas, la relevancia política de la Unión Europea en el mundo, a día de hoy, va por detrás de los Estados Unidos, China Rusia y Japón. Es evidente que la Unión Europea ha llegado a un final de ciclo y necesita una profunda reforma que, en caso de no producirse, pondrá de manifiesto su incapacidad para resolver los problemas actuales de los ciudadanos europeos.
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