Un año más, la suerte ha sido esquiva. No merece la pena echar la cuenta de la cantidad de euros gastada en forma de décimos y participaciones de lotería con la esperanza de que un golpe de suerte cambiara unas vidas. Tras unas semanas de tensa espera soñando con la visita de la fortuna en forma de premio gordo, ahora tocar volver a la realidad, consolarse pensando que siempre hay quién esté peor y convencerse de que lo realmente importante es la salud.
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