La pírrica cantidad que cobran muchos parados españoles proviene de las cotizaciones que, mientras trabajaban, han efectuado a las arcas de la Seguridad Social y a la prestación por desempleo. Esto significa que ahora nadie les está regalando nada, puesto que al cobrar la prestación lo único que están haciendo es recoger aquello que sembraron con su esfuerzo.
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