De las distintas investigaciones sobre casos de corrupción puestas en marcha probablemente no se sacará nada en claro y permaneceremos inmersos durante bastante tiempo en el torbellino de porquería que nos rodea. Una situación que alguien, con suficientes medios e intereses y bastante organización, baraja cada día para mantener el nivel de contaminación suficiente. Es evidente que la corrupción degrada la democracia, por lo que hay que erradicarla, denunciarla y perseguirla.
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